Día D. Hora H. El momento de hacer la matrícula por Internet. Otro año más.
Y va a ser como todas las veces anteriores. Da igual que te levantes a las 6 de la mañana, da igual que tengas la magnífica ocurrencia de hacerla a las 00.01 horas del día que te han asignado. No va a ser fácil. Ni rápido.
Escribes tu usuario y tu contraseña y entras. Funciona a la primera. Te confías. Error.
La página se saturará en algún momento. Con suerte sólo tardará mil años en ir de un paso a otro. Con suerte sólo tendrá fallos tontos como no mostrarte las asignaturas de libre o las optativas. O mejor aún, sólo te mostrará las que ya has hecho para que creas que no quedan plazas en las demás y te dé un ataque de pánico. Tranquilo. Con mala suerte tu sesión expirará justo en el momento en el que hagas click en "Finalizar". Y no, por supuesto no se te habrán guardado los datos.
El Optativotron te repartirá las asignaturas pasando por completo de tus preferencias y se basará en su propio método patentado: darte aquellas que menos te gustan. En el fondo lo hace porque sabe que te encanta hacer cola en Secretaría para pedir los correspondientes cambios de materias y horarios.
Ahora en serio: en la URJC la matrícula se hace a través de Internet desde hace años. ¿Cómo es posible que siga siendo una odisea?
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